¿Hasta dónde llenar tu copa de vino?
Publicado el 23 de julio de 2014Llenar una copa de vino con la cantidad adecuada dependiendo del tipo de caldo que se vaya a probar es algo que tiene su pequeño truco y razón de ser. Aunque es fácil caer en la costumbre de servirnos hasta el borde o, si estamos llenando la copa de otra persona, hacerlo hasta que nos señalen que ahí es suficiente, lo cierto es que hay unas cantidades para cada tipo, tintos de distinta categoría, blancos, generosos y espumosos, que harán que la copa se disfrute más y se despliegue todo el potencial del vino que estemos bebiendo.
Vino tinto joven
La copa de vino tinto joven se tiene que llenar hasta la mitad. Es de sabor y matices más ligeros y con este tipo de caldos no hay problema en ser más “generosos” a la hora de servir.
Vinos tintos de crianza, reservas y grandes reservas
Este tipo de vinos es el que se sirve con más mesura: apenas un tercio de la copa. En contra de lo que algunos pudieran pensar, el motivo no es tacañería por ser vinos más caros, sino que se trata de la cantidad (en la copa adecuada) que hará que se airee en el recipiente, desplegando todos sus aromas y sabores, agitando suavemente el líquido sin que corra peligro de derramarse. Es decir, que se disfrutará mejor en pequeñas dosis.
Vino blanco
En el caso del vino blanco, conviene ser más generoso al servir y llenar la copa hasta los tres cuartos.
Vino rosado
Este tipo de vino, también más ligeros, son equivalentes a efectos de llenado al tinto joven; es decir, a mitad de copa es suficiente.
Vinos generosos
Este tipo de caldos se rigen por la misma norma que los tintos jóvenes y los rosados: hasta la mitad de la copa es la cantidad adecuada para apreciar las cualidades de esta variedad.
Vinos espumosos
Cavas, champagnes y similares, en su copa de tubo especial, tienen que servirse casi hasta el borde pero sin llegar. Lo ideal es dejar un centímetro de margen, una vez se haya reducido el nivel de espuma que se genera al verterlo en la copa.
En esta imagen, podrás verlo de una forma mucho más grafica.
Como vemos, el límite de hasta dónde llenar una copa de vino tiene que ver más con aprovechar lo mejor posible el potencial de sabores y aromas del caldo del que estemos disfrutando que de otros motivos.
Así que ya sabemos que no hay que mirar mal a ese amigo o a ese camarero que nos llenan solo “un poco” la copa con un buen ejemplar de tinto reserva. Es la cantidad que requiere el vino.